domingo, 1 de septiembre de 2013

Poemas Cristianos 1





Encontrarás a Dios

(Arturo Gutierrez Martin)

Dondequiera que pongas tu mirada, 
dondequiera que fijes tu atención, 
dondequiera que un átomo subsista, 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En las formas diversas de las nubes, 
en los rayos dorados que da el sol, 
en el brillo que lanzan las estrellas, 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En los dulces balidos que en los prados 
el rebaño da al silbo del pastor, 
en los trinos cambiantes de las aves. 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En la sangre que corre por tus venas, 
en la misma conciencia del tu YO, 
en los propios latidos de tu pecho, 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En la santa figura de la madre 
cuyo seno la vida te donó, 
en la franca sonrisa de una hermana, 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En las lindas pupilas de la joven 
que de amores prendió tu corazón, 
en la grata visión de un ser querido, 
ENCONTRARAS A DIOS. 

En las horas de sombra y amargura 
cuando a solas estés con tu dolor 
si le buscas en la sombría noche 
ENCONTRARAS A DIOS.



Encuentro con Jesús


(Zaida C. de Ramón)

Nunca olvidaré aquel día 
cuando a mi vida llegaste 
en tinieblas yo me hallaba, 
mas Tú mi senda alumbraste. 

Entre multitud de gente 
vagaba sin esperanza 
como un barco a la deriva 
naufragando, iba mi alma. 

A inquirir comencé un día 
¿qué pasaba? no sabía 
entre temores y dudas, 
existía mas no vivía. 

¿Qué pasa conmigo, Dios? 
¿Qué es lo que me está pasando? 
Quiero reir y no puedo; 
siempre termino llorando." 

"Ayúdame mi buen Dios; " 
ayúdame, te lo pido 
sana ya mi corazón 
y llena hoy mi vacío." 

Al momento algo ocurrió; 
Su Palabra El enviaba 
"Soy la luz", dijo el Señor; 
por una piedra me hablaba 

Mi corazón se alumbró; 
comprendí lo que pasaba 
Al instante me rendí 
pues JESUS me visitaba. 

Desde entonces soy feliz; 
tengo paz y tengo gozo 
si me persiguen y ofenden, 
como JESUS, yo perdono. 

Hoy oro, canto y alabo 
a mi Salvador bendito 
no me canso de adorar a mi Dios, 
pues El lo hizo. 

¡Gloria doy a mi Señor! 
¡Gloria al Espíritu Santo! 
¡Gloria al Padre que me dió 
lo que yo estaba anhelando. 

¿Quieres tú también lo mismo? 
¿Ansías vivir un cambio? 
Ven hoy a mi Salvador, 
mi JESUS te está esperando.




Hoy es el día


(Zaida C. de Ramón)

¡Qué tristeza siento al ver 
que está a tu lado y no adviertes! 
Me duele ver cuánto te ama 
y que tú lo menosprecies. 

¡Cuánto anhela dirigirte, 
guiar tus pasos, tenerte! 
Mas tú sigues tan altivo, 
orgulloso, indiferente. 

¡Si supieras lo que es 
para tu vida su paz! 
¡Si solo reconocieras 
que hoy es tu oportunidad! 

Oigo su voz dulce y tierna; 
tocando a la puerta está 
Solo espera le permitas 
a tu corazón entrar. 

Ríndele tu vida hoy; 
no resistas más, no esperes 
Hoy es día de salvación; 
hoy debes de obedecerle.



A la Biblia


(Elvira Vila Massana)

Los cielos cuentan la gloria 
Y la majestad de Dios, 
Haciendo de El memoria 
Aunque no se oiga su voz. 

El sol que tanta alegría 
Da a toda la humanidad, 
¿No nos muestra cada día 
Su clemencia y su bondad? 

La Ley de Dios es perfecta, 
Que vuelve el alma hacia El, 
Y la cambia en pura y recta 
Aunque haya sido infiel. 

Sus mandamientos son rectos, 
Que alegran el corazón: 
Y el que quiera obedecerlos 
Hallará gran galardón. 

Deseables más que el oro, 
Señor, tus palabras son, 
Pues no existe otro tesoro 
Que dé tal satisfacción. 

Son más dulces tus palabras 
Que la miel al paladar, 
Por eso yo quiero amarlas 
Y ensalzarlas sin cesar.



Quiero ser lo que querías


(Zaida C. de Ramón)

Se oia un murmullo suave; 
me acerqué para escuchar 
¡Cuán grande fue mi sorpresa 
al ver las flores hablar! 

Observé que se miraban, 
comparándose tristemente 
no podían comprender, 
¿por qué eran diferentes? 

Con llanto desconsolado 
oi la rosa que decía: 
Yo no sé por qué razón 
tengo que tener espinas. 

De pronto y para mi asombro 
del cielo se oyó una voz: 
"Eres rosa con espinas 
porque así te creó Dios" 

Nunca mires hacia abajo 
ni tampoco alrededor; 
eleva tu rostro al cielo 
donde mora el Creador. 

Si el día en que te creó 
no te hubiese puesto espinas 
entonces no serías rosa; 
otro nombre tú tendrías. 

Piénsalo por un momento, 
¿por dalia te cambiarías? 
¿margarita, lirio, nardo? ..... 
Yo sé que no aceptarías. 

En tu rostro puedo ver 
no más llanto, sino alegría 
has podido comprender 
que así es que Dios te quería. 

Ahora sé que puedes ver 
lo que antes no veías; 
estabas tan ofuscada 
observando las espinas 
que nunca se te ocurrió 
mirarte en el lago un día. 

¡Cuán sorprendida quedaste! 
Absorta, hasta confundida 
Viste en tí tanta belleza 
que lloraste agradecida! 

Quiero seguir siendo rosa; 
quiero ser lo que querías 
¡Gracias mi buen Creador! 
Tú sabías lo que hacías. 

Con amor Tú me creaste, 
¡Gracias por esas espinas! 
Al tallo dan fortaleza 
y yo permanezco erguida. 

Te agradezco, Creador, 
haberme formado un día 
pues hoy sí que puedo ver 
lo que antes no veía.




No hay comentarios:

Publicar un comentario